El 150 aniversario de nuestra congregación ha coincidido, este 2020, con un año desafiante. Un año, sin embargo, en el que hemos aprendido a valorar lo realmente importante: la cercanía, la ternura, el cuidado, la solidaridad… ¡La esperanza!

Esperanza como la que Antonia y Serra infundieron en el corazón de tantas mujeres y que, 150 años después, nos sigue convocando a vivir la pertenencia en un envío que nos hace familia y nos llena de gratitud por la fidelidad de Dios en tantos años de historia.

Por todo ello, desde los distintos rincones donde se expande la Familia Oblata, queremos desearos de forma muy especial… ¡FELIZ NAVIDAD!